sábado, 21 de marzo de 2009

ÁRBOLES Y BOSQUES


Desde aquí mi más sincero agradecimiento a todos los compañeros y compañeras que me acompañaron el martes pasado en el curso , especialmente a ti, querida Juana, por tu emotivo, a la vez que necesario, comentario a una de las entradas pasadas del blog.

Pues sí , tal como decía en la charla a profes organizada por el CEP el 17 de Marzo, LA PEDAGOGÍA DEL CUIDADO puede que sea la solución esperada que unifique las enseñanzas en valores que desde un centro escolar se pretenden impartir dentro de una verdadera Escuela Espacio de Paz . Instruyendo a una ciudadanía futura para que acepte la Interculturalidad de forma natural y que potencie, del mismo modo, la Coeducación como parte del curriculum necesario para crecer en justicia.
Sin embargo , esa tarea no debe ser la lucha particular de las personas responsables de Programas o de Departamentos de Orientación de un instituto en fechas, o conmemoraciones especiales una vez al año, esa tarea debe ser día a día , de todos y todas...porque siguiendo con la metáfora visual a la que hacía alusión con la presentación de nuestras experiencias coeducativas durante estos años : UN ÁRBOL O DOS AISLADOS NUNCA FORMARÁN UN BOSQUE ¿verdad ?



1 comentario:

luna rota de noviembre dijo...

Error terrorífico, daño formidable

"Esta chica es formidable" fue la frase que escuché el viernes a uno de mis amigos hablando de una de mis amigas y pensé: el mundo está bien, la vida mejor y las personas son una fuente inagotable de aprendizaje y de reconciliación conmigo misma.
Hoy escucho en radio nacional de España a un importante periodista, hablando de un dictador popular, emitir el siguiente juicio de valor: "está haciendo un daño formidable"... Y estoy de acuerdo a medias. Me explico: daño sí considero que está haciendo, pero formidable... Me queda la sensación, al escucharlo, de que es estupendo que esté haciendo daño y entonces he entrado en lo que los psicólogos denominan disonancia cognitiva (lo que me ha provocado la necesidad de escribir este artículo de opinión).
He buscado también el significado de la palabra terrorífico: que produce terror y he encontrado, en mi memoria a corto plazo, la emoción que me produjo la muerte de un bebé por un error humano. Y no fue terror, fue desesperanza lo que sentí y honda pena y una empatía enorme (sí enorme) hacia el padre y su familia y hacia la novel y joven enfermera que lo cometió.
Lo que me produce un terror formidable es que hombres influyentes, con una amplia formación y una dilatada experiencia profesional, cometan errores de bulto a la hora de expresarse en público a través de los medios de comunicación de masas (a veces sin fermentar, de ahí el miedo grande) y no me produce ni terror ni formidable el desgraciado error de una chica que, seguro, se cuidará mucho antes de cometer otro, si es que la dejan reconstruirse del destrozo que provoca en las seres humanas el sentimiento de culpa.
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Juana Godoy Aguilera

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